Esta fiesta anglosajona cada vez está más presente en nuestra sociedad, ya es común que se celebre en los colegios y que veamos a niños pidiendo caramelos por las casas.

Es un día en el que los niños comen muchos más dulces que de costumbre, sin embargo hay que racionarlos no sólo para prevenir una posible indigestión, sino también para proteger los dientes y prevenir las caries asociadas a un consumo excesivo de azúcar.

Las bacterias que todos tenemos en la boca, generan una serie de ácidos a partir del azúcar, que son los que atacan el esmalte de los dientes, produciendo las caries. Este ‘ataque’ se produce aproximadamente en los 30 minutos posteriores a la ingesta de ‘chuches’, y es el tiempo en el que debemos recordar a los niños que tienen que lavarse los dientes.

Es importante tener en cuenta que en Halloween también se consumen snacks, galletas, refrescos y chocolate, todos ellos azucarados. Por eso, si los niños van a tomar dulces a lo largo del día, es mejor que lo hagan en porciones pequeñas y de una única vez, para poder controlar la ingesta y el cepillado de dientes.

Apuntad estos CONSEJOS para evitar que el exceso de dulces en Halloween se note en la sonrisa de los más txikis :

1. Racionar los dulces: tanto los de las fiestas de cumpleaños como los de Halloween (caramelos, gominolas, galletas…) es mejor racionarlos que comérselos todos de golpe. Todo alimento azucarado es mejor comerlo con las comidas o inmediatamente después de comer, porque la producción de saliva aumenta cuando comemos, y ayuda a neutralizar los ácidos producidos por las bacterias y a barrer los restos que puedan quedar en los dientes.

2. Mejor chicles sin azúcar: La versión con azúcar puede provocar caries, porque su consumo puede prolongarse durante muchos minutos. Las variedades sin azúcar, en cambio, pueden ayudar incluso a reducir el riesgo de caries ya que aumenta la saliva y ayuda a neutralizar los ácidos producidos por las bacterias. Así que ya sabes, si toman chicles, mira que sea sin azúcar y dáselos preferiblemente después de comer o cenar.

3. Evitar los caramelos que se mastican durante mucho tiempo: mantener durante mucho tiempo el dulce en la boca, aumenta mucho los niveles de azúcar y la producción de ácidos y disminuye el pH de la saliva, lo que supone un mayor riesgo de contraer caries dental. En este grupo entrarían por ejemplo las piruletas o los caramelos duros o difíciles de masticar.

4. Evitar las gominolas o caramelos pegajosos: ya que se quedan muy adheridos al diente, tardan más tiempo en ser arrasados por la saliva y cuestan más quitarlos incluso con el cepillado.

5. Reducir las bebidas con azúcar añadido (incluidos refrescos, zumos industriales…) no dan en muchos casos ningún beneficio alimenticio a los niños porque son calorías vacías, , y sin nutrientes que se consumen casi sin pensar, y que pueden desequilibrar la dieta de los niños. Además, si los dientes están en contacto frecuente con este tipo de bebidas, el riesgo de caries infantil aumenta mucho.

6. No olvidar el cepillado tras comer los dulces o bebidas azúcaradas y sobre todo volver a hacer un buen cepillado más a fondo antes de acostarse.

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