La ortopedia dentofacial sirve para tratar alteraciones en el crecimiento de las arcadas dentarias y de los huesos maxilares. Consiste en el uso de aparatos extraorales y funcionales para guiar el crecimiento óseo.
Los aparatos que se usan en la ortopedia funcional, se usan durante la dentición
temporal o la dentición mixta, cuando todavía hay dientes de leche y el niño/a está en pleno crecimiento.
La edad más adecuada para poder empezar la primera etapa del tratamiento ortopédico es durante la fase de crecimiento, hasta los 12 o 13 años en las niñas y hasta los 14 o 15 años en los niños (aproximadamente).
Es importante tratar las maloclusiones o alteraciones en esta edad ya que un tratamiento temprano evita una maloclusión más severa en dentición permanente y tratamientos de ortodoncia más complejos.
Con el uso de aparatos ortopédicos podemos llegar a corregir problemas como:
- Falta de de espacio para los dientes definitivos
- Mordidas cruzadas (dientes superiores muerden por dentro de los inferiores)
- Falta de crecimiento del maxilar superior o de la mandíbula
- Hábitos mantenidos como la succión del dedo o la deglución atípica (interposición de la lengua al tragar)
La mayoría de los aparatos de ortopedia son removibles, es decir se pueden quitar y volver a poner.
Los niños se pueden quitar y poner los aparatos por sí solos, es muy importante que sean colaboradores ya que la mayor parte del éxito del tratamiento depende de la cooperación del niño/a.
La ortopedia dentofacial es un tratamiento interceptivo temprano que aunque no asegura que no se vaya a necesitar unas segunda fase de ortodoncia, sí que impide que las maloclusiones en un futuro sean más graves y más complejas de tratar. Al modular el crecimiento óseo, impide que en la edad adulta haya que recurrir a cirugía ortognática por ejemplo para tratar ciertas maloclusiones y desequilibrios esqueléticos.